jueves, 28 de agosto de 2008

Sin razón decidí volver...


Que tul? Todo well? Oca. Heme aquí.
Bueno a lo mío. Recomiendo subir por Arroyo, desde Libertador, claro, hasta llegar a Libertad. Disfrute, si el gobierno se lo permite, del verdor y la frescura de esa bella arteria hasta arribar, al cabo de unos pocos minutos, a Posadas. En la esquina detengase durante algunos segundos (no más de diez o doce, en la zona no tardan en descubrir a los advenedizos y caerles encima para machacarles la cabeza a golpes de puño) y observe el cielo. Verá que allí el cielo celeste es más celeste, las baldosas gastadas están menos gastadas y hay una puerta azul, sobre la vereda noroccidental. Empújela. Una vez abierta, no tema. Entre y aprecie los alerces agitándose al viento, los pinares refrescando el ambiente, el césped muy verde y mullido, el silencio que cae sobre uno como una lluvia de perfume importado. Dése una vuelta, aprecie el espectáculo.
Cuando termine de oxigenarse, vuelva por donde vino. Ya otra vez en la calle, y después de cerrar la puerta, puede deprimirse tranquilo mientras vuelve a su casa en bondi, sabiendo que en su barrio jamás encontrará una puerta como ésa.

martes, 19 de agosto de 2008

Sin ganas es imposible.


Porque volví? Andá a saber.
Aburrimiento? Ganas de decir algo que no diga nada? Necesidad de seguir ocupando un espacio que nadie sabe que ocupo? Porque volví?
Andá a saber.